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Atuk era un animal muy inteligente vivía en una montaña y era un poco boqui sabroso, su comida favorita eran las gallinas gordas y grandes.

Él solía ir todas las tardes a una granja a cazar a sus presas. Tenía que recorrer un largo tramo para llegar a ellas, cruzaba corchas, atravesaba colinas y un largo puente. Al llegar al lugar era muy cauteloso, en silencio con  sus orejas abajo y su cabeza inclinada observaba a cuál de todas se comería, era un animalito muy listo y nadie podía atraparlo, con rapidez corría hacia una gallina con sus dientes muy filos atrapaba su alimento y se iba rápidamente rumbo a su hogar en una montaña muy alta.

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De repente un día mientras realizaba una de sus hazañas a poca distancia le observaba todos los días una sabrosa y cargada planta de mora quién siempre estaba disgustada porqué se llevaba a sus amigas las gallinas, esta no podía moverse pero era a su vez como una estatua peligrosa porque tenía unas espinas muy largas y puntudas, decidió reprender al pequeño atuk. Mientras corría con su presa en su hocico, la mora sabía que tenía que pasar por su lado y justo en el momento que atuk se acercaba, la plantita impulsada con el viento atrapó con sus ramitas llenas de espina al veloz animalito, de esta manera ésta lo castigó hasta que él decidió aprender la lección y dejar tranquilas a sus amiguitas las gallinas.

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Fuente: Sofía Loza