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LA PÁNFILA

La florida era un barrio muy tranquilo de Otavalo, en  este lugar la gente solía vivir en paz, sin temor y nadie debía preocuparse por nada, todas las personas se conocían y se llevaban. Era un sector muy unido en donde los más pequeños salían todas las tardes a jugar en las plazas, a la gente le gustaba salir bien elegante y vestidos con bonitos trajes bordados.

Un día aquel lugar dejó de ser seguro para todos y empezaron los asaltos a hombres, niños y mujeres del barrio nadie sabía que ocurría quien sería esa gente mala que de pronto llegó a dañar sus vidas y a dejarles sin sus pertenencias, ningún sitio era seguro ni los parques, ni las plazas ni los lugares turísticos pertenencia que se descuidaba y enseguida desaparecía. La gente estaba angustiada ya temían salir en las noches, las panaderías estaban muy preocupadas sus ventas habían disminuido a causa de lo que estaba ocurriendo.

Un día, un panadero decidió investigar cada espacio y ver quién era el ladrón. Fue su sorpresa que se percató que a la Florida llegaba una mujer con un aspecto sospechoso, una dama de personalidad tímida y callada que solía sentarse todas las tardes y noches una hora todos los días en un palo de leña que se encontraba en una plaza. Llevaba un atuendo largo tipo vestido y un bolso.

Él siguió los pasos de aquella mujer, y se dio cuenta que era la que robaba las pertenencias de los moradores y que incluso fingía atrapando catzos porque era temporada dónde abundaban estos insectos y los cogía y los guardaba, pero al mismo tiempo espiaba a sus víctimas y cautelosamente les quitaba sus pertenencias. Aquel panadero dio avisó a su gente y le prohibieron la entrada a su barrio amenazándola con castigarle.

Fuente: Sofía Loza

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